A continuación se describen dos de los
accidentes más singulares en cuanto a daños materiales
ocasionados:
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El 13 de agosto de 1997 en El Egido (Almería), un vehículo
que transportaba gasóleo se empotró en una vivienda,
con el consiguiente riesgo para sus ocupantes y viviendas colindantes.
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El 11 de septiembre de 1998 en el núcleo urbano de Soraluze
(Guipúzcoa) un camión que transportaba butano, sufrió
en el accidente una fuga que formó una nube de gas que explotó
y originó una bola de fuego. El fuego producido afectó
a la fachada del inmueble, a la unidad de transporte, a otros 5
turismos y a una furgoneta.
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