GENERALIDADES
Objetivos del análisis de riesgos
Ámbito de aplicación
Tipos de instalación
Situaciones
operativas de la instalación
Tipos de riesgos a considerar
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2.2 AMBITO DE
APILICACION
2.2.1 Tipos
de instalación
Para
poder recomendar la metodología más idónea para el análisis de
riesgos de una instalación es necesario fijar una serie de criterios.
En
este sentido, en esta Guía se han considerado básicamente dos
aspectos:
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La
legislación vigente en
materia de riesgo de accidentes que se fundamenta en una clasificación
de las instalaciones basadas principalmente en las cantidades y características
de las substancias peligrosas. Esta clasificación condiciona de forma
objetiva y directamente la metodología a aplicar para el análisis
marcando las exigencias mínimas legales. |
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Otras
características de las
instalaciones (extensión, tipo de instalación, proceso, entorno
etc.) pueden condicionar también la metodología y métodos a seguir en
cada caso. |
Se
desarrollan en los apartados que siguen estos dos puntos.
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Desde el punto de vista legal
se pueden contemplar, tal como se indicó en el apartado 1.2. de esta Guía,
las siguientes instalaciones:
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Instalaciones
que queden afectadas por los artículos 6 y 7 del RD 886/1988 (instalación
nueva, instalación ya existente, ampliación o modificación de una
instalación ya existente, revisión de una declaración obligatoria). |
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Las
instalaciones citadas en el primer punto a las que la autoridad
competente exige un estudio adicional más completo. |
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Las
instalaciones afectadas únicamente por el artículo 5 del RD 886/1988
pero que deseen realizar un estudio más completo. |
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Otras
instalaciones que requieran la realización de un estudio de sus riesgos
con fines diversos (elección del emplazamiento más adecuado para una
instalación nueva, mejora general de la seguridad de unas
instalaciones, presentar a unas autoridades locales o poblaciones
vecinas un estudio del riesgo de una instalación, etc.). |
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Las características de
las instalaciones que pueden condicionar de forma decisiva las
metodologías a aplicar. Son:
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Extensión
de la instalación |
El
tamaño de una instalación determina la complejidad del estudio (una
Refinería, por el gran número de unidades que la componen, requiere un
análisis amplio). Asimismo, en cuanto a número de empleados,
proporciona también una estimación de los recursos humanos y
materiales disponibles para los estudios.
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Tipo
de instalación |
Básicamente
pueden distinguirse entre cuatro tipos de instalación:
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Instalaciones
de almacenamiento de productos químicos. Las operaciones que les son
asociadas son principalmente operaciones de carga/descarga desde los
distintos elementos (camiones cisternas, vagones cisternas o barco), de
trasiego y envasado.
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Instalaciones
de producción, transformación o tratamiento de substancias químicas.
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Instalaciones
en las cuales existen a la vez áreas de almacenamiento (materias
primas, productos intermedios o productos acabados) y de proceso.
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En
algunos casos, instalaciones de tratamiento de residuos industriales.
En
las primeras el riesgo asociado proviene más, en general, de los
inventarlos de producto que de la complejidad de las instalaciones. En
el segundo caso el riesgo puede ser más disperso y el estudio es
normalmente más laborioso por los distintos tipos de productos que
intervienen, las condiciones variables de operación, las mayores
interrelaciones entre distintos sistemas etc.
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Tipo
de proceso |
En
las instalaciones de producción, transformación o tratamiento de
substancias químicas conviene también distinguir entre procesos
continuos y procesos discontinuos o «batch».
Estos últimos son secuenciales lo que obliga a un planteamiento de análisis
de las distintas fases de la operación, tanto en la identificación de
los riesgos, como en su posterior tratamiento. Intervienen factores como
el orden de los pasos seguidos, errores en la naturaleza, cantidad y
calidad de las materias primas, etc. porque a menudo se suelen compartir
las líneas de proceso para la fabricación de productos distintos. Por
otra parte suelen ser procesos poco mecanizados y con mayor contribución
manual.
En
los primeros existen unas variables de proceso estacionarias que suelen
oscilar mínimamente entre unos valores determinados.
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Entorno
de la instalación |
El
entorno, a su vez, juega un papel decisivo a la hora de seleccionar la
metodología a seguir. La presencia de puntos vulnerables (poblaciones,
lugares de concentración ocasionales de personas, edificios singulares
o zonas protegidas, etc.), justifican estudios más precisos no sólo en
cuanto a alcances de posibles daños, sino también en cuanto a riesgo.
Por otro lado, la proximidad de plantas y otros lugares potencialmente
peligrosos en la vecindad de la instalación requerirán un tratamiento
específico en el análisis de riesgos.
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