PRESENTACIÓN.
Cuando algunos fenómenos naturales: terremotos, deslizamientos de grandes masas, o volcanes tienen su origen en el mar, pueden producir olas de gran longitud de onda denominadas maremotos (también denominados tsunamis en nomenclatura internacional). Dichas olas aumentan su amplitud al llegar a las costas, superando en algunos casos los 30 metros de altura, y afectando de manera catastrófica a extensas zonas costeras y a las embarcaciones próximas a la costa o situadas en los puertos.
El riesgo ante maremoto en España aunque significativo, no es comparable con el de otras zonas del mundo, debido a la baja probabilidad de ocurrencia de los fenómenos que los generan en mares próximos. No obstante, el terremoto de Lisboa de 1755, que tuvo su epicentro en el suroeste del cabo de San Vicente, produjo un maremoto con olas de hasta 15 metros que asoló las costas españolas, portuguesas y marroquíes, dejando tras de sí unos 2.000 muertos en España y grandes pérdidas económicas.
Por otra parte la vulnerabilidad actual de nuestras costas es muy superior a la que tenían cuando ocurrió el terremoto de Lisboa, debido a la extremada ocupación de nuestras costas por residencias vacacionales, que aumenta considerablemente el riesgo de sufrir daños importantes.
El último maremoto que afectó nuestras costas ocurrió en 2003 a causa de un terremoto (con posibles deslizamientos consecutivos de grandes masas) en las costas argelinas que produjo, por efecto de la ola, pérdidas millonarias en los puertos de las Islas Baleares.
Las características que definen a la catástrofe por maremoto han puesto de manifiesto la necesidad de contar con sistemas de prevención y sistemas de alerta temprana eficaces en aquellas zonas que puedan verse afectadas. Las medidas preventivas que se pueden adoptar ante este riesgo consisten, principalmente, en la estimación de consecuencias, confección de mapas de riesgo, ordenación del territorio, sistemas de alerta temprana y la puesta en funcionamiento, en su caso, de los Planes de Emergencia específicos.
Tras el maremoto de Sumatra en 2004, en el que se perdieron más de 250.000 vidas, la Comisión Oceanográfica Internacional (COI) recibió el mandato por parte de la comunidad internacional de ayudar a todos los estados miembros a establecer sus propios sistemas de alerta temprana ante maremotos. A raíz de este mandato, se ha desarrollado un sistema de alerta temprana para maremotos en el ámbito mediterráneo occidental y atlántico oriental (NEAMTWS) que cuenta ya con varios centros proveedores de avisos en los países de Turquía, Grecia, Francia, Portugal e Italia.
La Dirección General de Protección Civil y Emergencias, a través de la Sala de Coordinación Operativa (SACOP), es punto focal para recepción de estos avisos desde 2007 y viene realizando ejercicios de comunicaciones de carácter mensual, anual y bianual.
Por todo lo anterior, se ha iniciado por parte del grupo de trabajo sobre maremotos la redacción de una Directriz Básica ante este riesgo que establezca los requisitos mínimos que deben cumplir los correspondientes Planes Especiales de Protección Civil, en cuanto a fundamentos, estructura, organización y planes operativos y de respuesta, para ser homologados por la Comisión Nacional de Protección Civil e implantados en su correspondiente ámbito territorial, con la finalidad de prever un diseño o modelo nacional mínimo que haga posible, en su caso, una coordinación y actuación conjunta de los distintos servicios y administraciones implicadas en caso necesario.
Nota.- Los documentos, que contiene este CD, han sido recopilados de diversas fuentes y su uso queda circunscrito, a efectos internos.
