Las
decisiones con respecto de la aceptabilidad de un riesgo dependen de los
riesgos individual y social, aunque existen en general más criterios
basados en el riesgo individual, que en el social.
Riesgo
individual:
Tanto el RSSG (Royal Society Study Group que publicó en 1983 un estudio sobre el
riesgo, la evaluación del (Risk
Assessment), como el HSE (Health
and Safety Executive), proponen como riesgo individual intolerable 10-3/año,
incluso si la persona expuesta considera que, de su exposición, se
desprende un beneficio importante (por ejemplo un trabajo o una actividad lúdica).
Un
riesgo de 10-6/año y en algunas circunstancias 10-5/año
debería de considerarse como aceptable
por ser trivial, en todo tipo de circunstancias.
Entre
ambos niveles debería de exigirse la implantación de las medidas
preventivas o de mitigación que reduzcan el riesgo.
Riesgo social:
El riesgo individual es a menudo una condición insuficiente. Existe una
aversión por parte de la sociedad a la posibilidad, aunque pequeña, de que
un accidente pueda provocar un número importante de muertes. Por otra parte
el riesgo individual puede cumplir con los criterios de aceptabilidad, aún
cuando exista un riesgo social alto. Un ejemplo extremo sería un hospital
situado cerca de una instalación con peligro de accidente mayor. Las
personas situadas de forma permanente en el edificio estarían expuestas a
un riesgo relativamente alto, pero pacientes individuales, presentes durante
un corto período de tiempo, tendrían un incremento de riesgo individual
muy pequeño, en promedio sobre todo un año.
El
RSSG (Royal Society Study Group)
no sugiere ningún valor máximo para el riesgo social, mientras que el ACMH
(Advisory Committee on Major
Hazards) indica que cualquier accidente grave en una instalación no
nuclear que implicaría 10 o más muertes debería tener una probabilidad
menor de 10-4 por
año, aunque se considera que 2.10-4
podría ser
el umbral de riesgo social tolerable.
Para
accidentes capaces de causar más víctimas mortales, se indica que el
riesgo de provocar entre 500-1000 muertos en un accidente no nuclear debería
de ser menor de 10-3,
e incluso menor de 2.10-4 por
año, en situaciones en las cuales las posibilidades de elección son
escasas, aunque cuando exista la posibilidad de elegir si someterse o no al
riesgo, se podría fijar un valor mayor.